Translate

04 febrero 2010

Las 100 mejores recetas con los huevos de Ripollés

Estimados lectores:

Cual actitud fecunda de gallinácea, ya tiene nuevamente la ciudad de Castellón, desde el pasado viernes 29 de enero, un nuevo “huevo” de metal (quizás bronce) de quien al parecer, es el único “gallo” creador de este curioso corral. Es el nuevo Fabergé del levante, que sin la elegancia, gusto y estirpe, del legendario artesano de zares, sigue siendo el elegido de los que diseñan tanto las ciudades, como las políticas culturales de la zona, convirtiendo cada vez más a esta provincia, en la gran incubadora del Sr. Juan Ripollés, solo que esta vez, y como dato curioso, el oviforme objeto viene con tres libros (supongo que de recetas de cocina) apoyados en su paralelo polar superior y que de “todo corazón”, parece invitarnos a buscar en ellos, la mejor formula gastronómica para hacérnoslo comer con mejor gusto; no, si al final de todo, hasta tenemos que agradecerlo a aquellos que eligen, deciden y gobiernan sin consultar, en estas hermosas tierras bañadas por el río Mijares.

Y es tanta la desfachatez de estos ideólogos culturales, que para esta ocasión se han propuesto buscar un céntrico y estratégico punto de emplazamiento de la obra, en la mismísima avenida Rey Don Jaime, frente al edificio de correos; parece que aun no les basta que a tan solo unos escasos 100 metros, se alce cual palmera multicolor de falla, (pero sin el justiciero destino de la “cremá”) otra obra del mismo autor, en la emblemática plaza de huertos sogueros. Parece ser que en esta ocasión, el lugar elegido para ubicar tan singular pieza, pretende lograr el inevitable encuentro con el público transeúnte; recurso político del más vulgar y rancio populismo, que tanto me recuerda a los métodos usados por el Sr. Hugo Chávez en la Venezuela actual, o por los hermanos Castros en la Cuba revolucionaria, para así poder decir en sus respectivos discursos, que el arte es del pueblo y para el pueblo, cuando es precisamente a este ultimo, tan digno y respetable, al que no se le consulta, ni se le educa en la cultura, ni se le informa de los costes que producen tales actos y que repercute en los bolsillos de todos, no, si al final de todo, no hay grandes diferencias entre la demagogia y “dedocracia” trasatlántica y la que aquí impera, bueno si la hay, allá ni siquiera te puedes quejar, aquí sin embargo lo puedes hacer, pero no te hacen ni el mas mínimo caso, con lo cual el resultado es prácticamente el mismo, los dirigentes políticos siguen haciendo lo que les viene en gana y nosotros seguimos pagando sus cómodos asientos y su permanencia en el poder.

Es sencillamente patético y muy lamentable comprobar el grado de compadreo que existe en esta ciudad y también en la provincia, en los temas relacionados con el arte y la cultura. Y mientras que el resto de los creadores y los jóvenes egresados de las escuelas de Arte, con una calidad incuestionable y con el mismo derecho a embellecer y distinguir a la que es también su ciudad, esperan por una oportunidad que va llegando muy de vez en cuando y como hambrientas migajas, otros por el contrario, con mucha afición, pero también con grandes carencias, no sólo técnicas sino también culturales, se atreven a criticar y descalificar al mensajero, quizás de ese modo les pueda caer en gracia al señor que dirige el cotarro, que en gratitud a su servilismo, tal vez decida recompensarlos facilitándoles hacer una exposición personal en algún espacio “público,” tiene guasa, suplicamos y pedimos con desconfianza, lo que nos pertenece por derecho propio, pero en fin, tiene que haber de todo en la villa del Señor.

Y mientras tanto sigo mirando entre las páginas de mi libro de las 100 mejores recetas de cocina, a ver como me puedo comer más a gusto, los huevos de Ripollés.

Hasta la próxima entrega.

Amaury Suárez