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18 abril 2011

Un dos por uno con calidad.

Estimados lectores:

Con los títulos de “Introspección” y “La herencia de Aracne” se encuentran expuestas al público en las sendas salas del centro cultural provincial “Las Aulas” de nuestra ciudad, las exposiciones del las pintoras Eva Córdoba Armelles y la experimentada Pilar Edo, respectivamente.

La primera, una joven pintora que me ha sorprendido gratamente con sus trabajos, no solo por la limpieza y rigor de los acabados de sus cuadros, sino porque sabe “enmascarar” muy bien algunas de sus carencias, muy propias por otra parte, de su formación autodidacta, sobre todo en aquellas cuestiones relacionadas con el dibujo y la composición, algo que denota no solo buen gusto, sino además inteligencia.

Un aspecto que me ha llamado la atención en esta exposición, es ese lenguaje “grafico”, que Córdoba Armelles utiliza en sus cuadros, basado en un tratamiento de “tintas” planas como si de una serigrafía o impresión offset se tratara. En la actualidad y desde hace ya mucho tiempo, ya existe una técnica en pintura como el acrílico, que facilita mucho la obtención de ese mismo tratamiento y resultado pero que sin embargo esta joven autora sigue utilizando la técnica al óleo para llegar al mismo resultado ¿Cuál será la causa? ¿Rasgo de “novedad”, ignorancia o sencillamente preferencia? El caso es que sin duda sus cuadros como puzzles fragmentados en laberíntica línea blanca de contorno, transmiten una sensación un tanto “ingenua” de aquel lenguaje cartelista, muy propio y usado en las pasadas décadas de comienzo del siglo XX, principalmente en las corrientes del Art Deco y el Art Noveau (modernismo en España).

Por lo pronto tengo que decir, que el comienzo para esta pintora ha sido bueno, pero tanto su "reciente" afición, como su temprana juventud, no me permite por el momento desarrollar una mayor y más amplia valoración de su trabajo. Solo me resta desearle mucha suerte y decirle que el verdadero éxito se encuentra en la medida en que uno pueda consolidarse en la constancia y el rigor por el trabajo.

Por otra parte la experimentada Pilar Edo, nos presenta una serie de obras, todas ellas desarrolladas sobre papel, donde su autora vuelve a poner de manifiesto, la habilidad que sobre algunos recursos y procedimientos, como el estampado, el collage y la impresión o transferencia posee. El mitológico tema sobre la asombrosa habilidad de Aracne (una tejedora mortal) que llega incluso a rivalizar con la mismísima Minerva, ha sido un motivo muy bien traído por Pilar no solo para rendir merecido tributo a la mujer de antaño, si no además para justificar el discurso de esta serie, donde la artista pretende provocar la reflexión sobre el modesto e inmerecido rol que asumió la mujer durante muchos años (ahora menos) y que Pilar nos explica muy bien en el catalogo cuando nos dice… “Un quehacer más de las labores femeninas, donde el tiempo pasa sin valor, la vida se consume con lentitud, el trabajo no tiene remuneración ni reconocimiento y lo que se hace se deshace”.

Una muestra que se nos presenta con muy buena factura expositiva, con elegante coherencia y armonía del lenguaje, donde se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. Quizás decir como una pequeña observación, que existen algunos ejemplos en la exposición que aparecen más alejados del tema, donde se acusa demasiado el sentido decorativo que tienen los recursos de la estampación de los brocados y demás tejidos, viéndose reforzado además con un orden más elemental de sus composiciones y recursos cromáticos, llegando a provocar la sensación de ser muy repetitivos en lo formal y herméticos en su discurso. Pienso que aunque todas las obras, con muy buena calidad, son aquellas las que se encuentran colgadas en la primera parte de la sala (nada más entrar) las que sostienen totalmente el peso conceptual de la muestra, pero en cualquier caso, la exposición es no solo buena si no además hermosa, algo que sigue hablando muy bien, del trabajo de Pilar Edo, así que se la recomiendo a todos para su visita.

El centro cultural provincial “Las Aulas” de nuestra ciudad, este mes pasa la prueba con nota y todo gracias a Eva Córdoba Armelles y Pilar Edo, que han sabido deleitarnos con un buen trabajo. Enhorabuena a las dos.

Las exposiciones permanecerán abiertas al público hasta el próximo dia 30 de abril en los horarios de lunes a sábado de 10 a 14 y de 17 a 21 horas.

Hasta la próxima entrega.

Amaury Suárez.

13 abril 2011

Esculturas fragmentadas

Estimados lectores:

De muy buena podría calificarse la exposición que el pasado 7 de abril quedó inaugurada en el espacio expositivo del centro cultural Castalia Iuris de nuestra ciudad, situado en la Plaza Cardona Vives, 10 – (sótano), del joven escultor Manuel Martí Moreno (Valencia, 1979).

A pesar de que la muestra nos pudiera recordar a algunos antecedentes icnográficos de referencia como son: los del catalán Jaume Plensa, (imagen 1 del párrafo) el israelí Niso Maman (imagen 2 del párrafo) o incluso algunos trabajos de joven orfebre canadiense Bert Lambier, (imagen 3 del párrafo) la muestra de Marti Moreno, resulta de gran atractivo estético y con un buen dominio técnico tanto de los aspectos del dibujo y la anatomía, como de aquellos que intervienen en el proceso de realización de las piezas; como son el soporte, el conocimiento sobre los materiales utilizados, la presentación, etc. Martí Moreno nos muestra en su trabajo un conjunto de cabezas humanas, algunas de ellas de proporciones heroicas, donde se combina principalmente dos tipos o géneros de esculturas, por un lado, el alto relieve en la que el joven escultor utiliza en su modelado, una fina malla de plástico o metal a modo de tul; la cual le aporta a la pieza no solo una inquietante transparencia (poco usual en este genero) si no además una expresiva y a veces enigmática expresión de los rostros que se exhiben. Por otra parte, encontramos la escultura de busto, esta última con un sentido muy sugerente del volumen, donde el autor conjuga en una hermosa y orgánica relación de la tridimensionalidad, tanto al volumen físico, como aquel que justificado en el espacio virtual (hueco) nos indica la correcta terminación de la pieza.

De ese modo, nos encontramos ante un resultado, que a pesar de la supuesta pesadez que pudiera sugerir una cabeza de tales proporciones, gracias al sentido inconcluso de su acabado, el resultado de la obra se alza ante nuestros ojos con gran ligereza visual, fragilidad y belleza.

Quizás este recurso de lo fragmentado o “inacabado”, bien podría hablarnos en el sentido conceptual de su discurso, de la siempre necesaria capacidad de superación que debe tener el individuo durante toda su vida, o dicho de otra forma, la necesidad de ir construyéndose a si mismo poco a poco. Una verdad común, que ha sido más coherente representar, (como así lo ha hecho el autor) desde los rostros anónimos que vemos expuestos en la exposición. Pues ese recurso que ataña a todos los individuos por igual, no solo nos permite relacionarnos e interactuar mejor con el entorno y los demás seres humanos, si no que además actúa como valiosa herramienta de supervivencia en el medio.

También podría aludir a ese sentido filosófico que relaciona a las partes con el todo y viceversa; ese que nos habla del conocimiento concreto de la realidad, el cual consiste no en la sistemática adición de unos hechos a otros, sino en un proceso de concretización, que procede del todo a las partes y de las partes al todo.

Pero en fin, sea cual sea la causa teórica que justifique este maravilloso resultado expositivo, lo cierto es que la muestra de esculturas de Manuel Martí Moreno que ahora se exhibe en el centro cultural Castalia Iuris de nuestra ciudad, es un buen ejemplo que he disfrutado mucho, entre otras razones, por su profesionalidad y belleza estética.

La muestra permanecerá abierta al público hasta el próximo dia 26 y sería realmente una pena que no fueran a verla.

Hasta la próxima entrega.

Amaury Suárez.