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25 junio 2012

Ver, leer y sentir a través de la fotografía.


Estimados lectores.

Desde el pasado 19 de junio y hasta el 14 de julio, permanecerá abierta al público en el centro cultural provincial las aulas, la exposición titulada “Modelhadas” y “Alienaciones” que bien podríamos calificar de excelente y de cuya autoría son responsables los fotógrafos granadinos, Antonio Fernández Cabello y Jesús Fernández Escudero. Estas dos magníficas muestras fotográficas ponen de manifiesto de manera palpable, la alta calidad de estos dos creadores en el arte de la fotografía contemporánea. El primero, con mayor experiencia en su carrera, es maestro del taller de fotografía  en la escuela de arte de Granada y un rendido apasionado por los temas relacionados con la mujer, no solo como patrón de exaltación de la belleza, sino a demás (y sin duda lo más importante) como elemento activo, revolucionario y determinante en los procesos de transformación social, cultural e incluso político, donde esta se ve involucrada hoy en día. Y como muestra de tal inspiración conceptual, la podemos encontrar en sus pasadas exposiciones como la titulada “Sobre la duda, la soledad y la belleza de lo efímero” que ofreció en mayo del 2006 en la sala de exposiciones Gran capitán en el ayuntamiento de Granada o la que tuvo lugar en la Sala de exposiciones del rectorado de la Universidad de Málaga el pasado 2 de septiembre titulada “Cuestiones de identidad”, donde su autor nos invitaba a realizar un sereno recorrido a través de la imagen de la mujer, haciéndonos reflexionar sobre estos aspectos de cardinal importancia, vinculados a su rol social e histórico.

En esta ocasión y continuando con su línea de motivación conceptual, el discurso plástico de sus fotografías, exalta un espíritu abiertamente crítico hacia esas concepciones e ideas estético-consumistas, relacionadas con una “aparente” juventud y belleza, a la que sigue siendo sometida la imagen de la mujer en la sociedades de consumo, que resultan ser cada vez más materialista, frívola y superficial, que solo sabe valorar en las apariencias. Algo que muy bien se ve recogido en las palabras del catalogo de la muestra, cuando Fernández Cabello nos dice: “Mi obra dialoga en una forma subyacente de esa liberación, mediante la dialéctica e imposición de una mujer que debe ser bella y sensual porque la sociedad se lo exige”. Y nos advierte de su exposición… “Las imágenes son una batalla consigo mismas, ante esas segundas pieles (las fajas) que les oprimen y deforman, dejando de ser lo que son”.

En esta colección de gran formato y de exquisita factura técnica, las imágenes de mujeres semidesnudas a tamaño natural, aparecen  arrancándose fajas y/o corsees en un acto de marcado simbolismo que nos advierte de la necesidad del reclamo de esos nobles valores del ser humano, (representado en este caso por la mujer) que son aquellos que dejan al descubierto virtuosos actos e ideas, que aun valorando la belleza, no se centran en las apariencias o envolturas superficial de las cosas sino en lo transcendental y elevado de su esencia. Imágenes de mujeres alzadas como heroínas, que nos dejan al descubierto una realidad sincera y hermosamente autentica, de la que sentirse orgullosa y satisfecha siempre, pues no requiere de lo banal y superfluo de los retoques y adornos cuando estos no son necesarios.

Por su parte, el joven creador Jesús Fernández Escudero (Granada - 1985) ha traído a nuestra sala una pequeña serie de fotografías, de alto valor técnico y grandes formatos, pertenecientes a su proyecto “Alienación”, que es uno de sus dos últimos trabajos creativos personales junto con la serie “Des-Equilibrios”, donde su autor nos pretende exponer desde la recreación de escenas cotidianas (pero claramente teatralizada) la manera de interactuar del individuo con un entorno donde en muchas ocasiones les somete a una perdida individual de la personalidad, uniformándolo en una masa amorfa y uniforme, anulándole de ese modo su libre albedrío y valor individual. Esta muestra de Fernández Escudero, se vincula de alguna manera con la de su colega Fernández Cabello en cuanto a su sentido crítico y reflexivo sobre los hábitos y conductas del individuo en una sociedad individualista y cada vez más deshumanizada, la cual convierte a las apariencias en un factor distintivo de una realidad vivencial. Y que ante tanta ilusión e irrealidad, este joven creador prefiere mostrárnosla a través de un lenguaje inspirado en un espacio escénico, haciendo de cada ser humano un “actor”, que ejecuta su anónimo papel en el gran teatro de la vida. Y como en una obra del legendario kabuki, esconde el rostro de los personajes (sujeto-actor) detrás de una máscara, que en este caso, y a diferencia de las coloridas y dramáticas caretas del nipón género, la elegida es la de un humanizado cerdo que habita y actúa en el arquetípico espacio del hombre. En resumen, y como bien queda dicho en las palabras del catalogo: “…la vida es una obra de teatro que no permite ensayos ni parodias, todos personificamos dramas, comedias, tragedias, escenas de amor… Estas personificaciones las hacemos alterando nuestras máscaras-rostros y llegamos a sentir y emocionarnos con lo que representamos a través de los comportamientos que tenemos”.

Para finalizar debo decir que en pocas ocasiones se tiene la oportunidad en esta ciudad de disfrutar de una exposición tan profesional y cuidada como esta. Tanto en sus aspectos técnicos y formales, como en la propuesta de su discurso. Es realmente una lastima que las autoridades culturales competentes, que eligen, organizan y planifican las exposiciones de este centro, no le hayan concedido a estos autores que tanto nos honran y deleitan con su arte, una mejor fecha expositiva. Seguro estoy que hubiera sido mucho mayor la asistencia de público a la misma, si la fecha elegida no coincidiera con el cierre del curso escolar y además con el final de la temporada expositiva de este centro, pues como todos sabemos en Castellón empieza a mermar el número de su población estacionaria, debido al desplazamiento que realizan las familias a la zona de la playa en los meses de verano, aspecto que recomiendo desde este blog se tenga en cuenta para otra ocasión si se quiere hacer y expandir realmente una eficaz política cultural donde participemos todos o al menos, un mayor numero de personas. Y aunque con el nuevo diputado de Cultura, Héctor Folgado, hemos podido ver algunos cambios muy positivos en el sector de la cultura, ya sabemos lo que suele ocurrir en esta ciudad desde hace algún tiempo en la gestión de este apartado, que a veces no están todo los que son, y no son todos los que están.

Es por ello que ante la evidencia de este fallo de gestión, me veo en la necesidad moral desde este blog, de recomendarles a todos ustedes, esta magnifica exposición de los autores Antonio Fernández Cabello y Jesús Fernández Escudero, que con esta exposición nos invitan a ver, leer y sentir a través de la fotografía. Y sería realmente una verdadera pena que ustedes no pudieran visitarla para disfrutar de su alta calidad y belleza.

Hasta la próxima entrega en septiembre, en la nueva temporada de exposiciones.

Amaury Suárez.

17 junio 2012

Ideales Venus del Photoshop


Estimados lectores.

El pasado jueves día 14 de junio quedó inaugurada  en el Centro de Arte Castalia Iuris de nuestra ciudad, la exposición titulada “Venus” de la pintora Raquel A. Lara (Murcia - 1975). De formación autodidacta, en el año 1996 ingresa en el estudio que dirige el pintor y escultor Amaury Suárez Fernández, con el objetivo de ahondar en los conocimientos técnicos y culturales encaminados a la obtención de un nivel más elevado de las artes y la pintura en particular. En la actualidad trabaja como profesora de color y dibujo en el taller de bellas artes “Collage” de nuestra ciudad, en la especialidad de figura humana y retrato compartiendo además la dirección del centro. Es miembro del grupo “Figuración XXI” formado por los pintores Nacho Puerto y Carlos Asensio con quienes desarrolla y participa en múltiples y variados proyectos encaminados a difundir los valores y las propuestas que existen en la figuración contemporánea. Su joven carrera se ve avalada por múltiples exposiciones, tanto personales como colectivas y su trabajo enriquece e incrementa diferentes colecciones privadas tanto en España como en el extranjero

Comentar la obra de Raquel A. Lara me resulta relativamente fácil, ya que es alguien con quien mantengo un vínculo profesional muy estrecho, además de ser una creadora a la que respeto y admiro desde hace mucho tiempo, no solo por la incuestionable calidad técnica de sus obras, sino por el rigor y seriedad que siempre imprime en los procesos de creación y búsqueda de nuevas propuestas. En la exposición que nos ocupa es evidente además, el profesional criterio de selección que ha tenido para lograr un ambiente de cómoda lectura visual de la muestra, donde sin duda ha prestado más atención a la calidad expositiva, que a la cantidad de obras a exponer. Algo de lo que algunos pintores deberían tomar buena nota, pues a veces cuando visitamos exposiciones (alguna de ellas muy recientes) la sensación que se tiene es la de estar en un recargado y agobiante ambiente de objetos, cual mercadillo de productos baratos, donde no ha imperado un criterio profesional de selección, que siempre debe dar prioridad a la calidad, ante que a la cantidad de obras a exponer. Y se hace más significativo en esta muestra y es algo digno de destacar, por el riesgo que siempre encierran una exposición basada en la exhibición sólo de grandes formatos que aquí suman un total de 10 obras, en un espacio relativamente reducido como es el salón del Castalia Iuris. Todas ellas abarcando un período de tiempo de casi una década de trabajo, lo cual nos lleva a valorar una trayectoria seria, constante y de rigor, a la que ya nos tiene acostumbrado esta pintora.

En cuanto a la técnica pictórica utilizada, hay que decir que todas las obras están pintadas en técnica acrílica sobre tela, poniéndose de manifiesto la amplitud de recursos y de dominio técnico que la autora posee. Todas, con la excepción de la pieza de mayor tamaño, realizada en técnica mixta entre los años 2005/06 y que de manera divertida y un tanto irónica, hace distinguir a esta muestra. En ella Raquel A. Lara inspirada en la obra de Sandro Botticelli “El nacimiento de Venus”, utiliza abiertamente el recurso de apropiación para apoyar la carga conceptual de su discurso, haciendo resurgir cual perla de progenitora concha, la famosa muñeca “Barbie”, ocupando el lugar del ideal de belleza, que en la obra original de referencia, Botticelli le otorgó a la mitológica Venus. En esta nueva obra, que bajo el título “El nacimiento de un ídolo”, la autora nos expresa una visión más reflexiva y crítica, sobre la transformación que ha sufrido y sigue sufriendo el patrón o canon de belleza estética y el rol que vincula a la mujer de hoy a este aspecto. Algo que posiblemente va a constituir el tema central y principal preocupación conceptual en el discurso de esta muestra.

Desde la referencia antes citada del cuadro de Botticelli “El nacimiento de Venus”, pasando por los retratos de famosas modelos y personajes vinculados al mundo de moda, hasta la representación de una imaginaria portada de la popular revista Cosmopolitan, donde esta pintora ha sustituido a la siempre “ideal” modelo guapa (resultado directo del uso del Photoshop) por la enigmática y mucho más “creíble” Gioconda de Leonardo da Vinci, que en esta singular y divertida obra, nos facilita algunos prácticos consejos (como ocurre siempre en la revista original) sobre recursos de belleza, conquistas amorosas y de educación sexual, la muestra persigue desde el punto de vista conceptual y bajo una concepción estrictamente crítica y además estética, un discurso de reflexión hacia la transformación que ha sufrido y sigue sufriendo el canon de belleza representado por la mujer a través de los tiempos. Algo que en la actualidad se nos presenta cada vez más artificial y deshumanizado, entre otros factores, por la manipulación (a veces peligrosa) de la imagen “ideal” de belleza asumida principalmente por la mujer, donde se pretende mostrar en los medios de difusión, como una realidad creíble, posible y sobre todo imitable con todo lo que ello conlleva. Convirtiendo principalmente a la mujer en muchos casos, en un mero instrumento de contemplación y deseo, esclava de un ideal de belleza que en muchos casos las induce a asumir hábitos y conductas que arrojan dramáticas y a veces fatales consecuencias.

Con esta muestra Lara puede pretender invitar al público a una reflexión sobre la curiosa y hasta irónica paradoja que existe en la cercanía real de aquellos “ideales” de belleza del pasado, recreados en las obras de los grandes maestros, donde las Venus inspiradoras de la sublime imagen, habitaban en hermosos y reales cuerpos de mujer, mientras que en la actualidad, solo es posible alcanzar ese patrón de belleza, en las ideales Venus de Photoshop. Pero como ya sabemos de la polisémica discursiva del arte, esto es sólo y sencillamente mi lectura, sin duda pueden existir algunas más, pero para disfrutar descubriéndolas, es necesario visitar esta excelente muestra, que permanecerá abierta al público hasta el próximo día  11 de julio en los horarios acostumbrados. Les recomiendo que no dejen de verla, estoy seguro que no les defraudará.

Hasta la próxima entrega.

Amaury Suárez.