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29 octubre 2012

Pocas luces tiene el traje.

Estimados lectores.


El pasado martes 23 de octubre quedó inaugurada en el centro cultural provincial de “Las aulas” la exposición titulada “Trajes de luces” del Sr. Manuel Franch Beltran, gerente de una importante empresa constructora villarrealense y aficionado pintor que viene haciendo público su trabajo artístico desde hace ya algunos años, distinguiéndose en sus cuadros el interés por los motivos taurinos. Entre sus exposiciones más destacadas se encuentran la realizada en el hotel “Doña Lola” de Castellón en el año 2009, la de Caixa Rural de Vila-real también ese mismo año y algunas otras realizadas en sala de exposiciones del Corte Ingles de Castellón desde el año 2008 hasta ahora. Además, su obra ha sido elegida para ilustrar la portada de la revista “Afición”, del Club taurino de Castellón en su número dedicado a la feria y fiestas de la Magdalena del año 2009.

Como bien señala su autor en las palabras de presentación en su página web… “En mi pintura siempre ha cobrado especial importancia el mundo taurino porque siempre me ha impactado el colorido que existe en la plaza de toros y los trajes de luces de los toreros. Mis obras no muestran escenas violentas ni agresivas del toreo, sino reflejan la otra cara de la moneda, sin tragedia ni sangre”. Y termina diciendo… “Para mí, el traje del torero, su costura y detalles, es algo único en el mundo”.

Es innegable el interés de este pintor por la que resulta hoy en día la muy debatida “fiesta nacional”; sus trabajos se han caracterizado desde hace muchos años por esa constante motivación, recreando en cada cuadro el rostro amable, colorido y lujoso de este singular espectáculo taurino y que en su obra se ve reflejado mediante la exaltación plástica de esos caros y vistosos atuendos que viste al torero antes de realizar su tradicional y dramática faena. Esta, tan llena de arte y belleza para algunos, como tan cruel y despiadada para otros. Pero donde resulta indiscutible la esplendente presencia del color, las emociones contenidas, donde por momentos cohabita la euforia y el gozo del público asistente, en un vetusto ritual lleno de belleza, sensualidad y lujo.

Pero la sincera afición por los toros y también por la pintura, no siempre es condición suficiente a la hora de lograr unos buenos resultados (al menos aquellos que puedan ser equiparados a una imagen profesional y elevada del oficio) aunque es justo y meritorio señalar que en esta muestra, vemos una cierta meticulosidad en el tratamiento; donde el detalle se alza como valor visual de los brocados y arabescas filigranas, que caracteriza a los lujosos tejidos del traje de torero, pero donde tal sentido no trasciende lo estrictamente decorativo y anecdótico, convirtiendo al resultado en algo “naif” o sencillamente “bonito”, pero carente de un elevado contenido de su discurso. Por otra parte, los aspectos carenciales en el dibujo de la figura humana, convierten a la intención de retrato, en una “ingenua” caricatura del personaje, que aun siendo identificado con el modelo de referencia, este resulta a veces cómico cuando no grotesco, actuando en detrimento del resultado final del cuadro. Hubiera sido preferible y sin duda más elevado para el discurso de la obra, si Manuel Franch Beltran, ahondara más en una propuesta compositiva de mayor sugerencia y diseño, utilizando para ello el lujoso traje de torero, no como una simple pieza decorativa, sino como símbolo de un discurso más intelectual, elaborado y sutil, algo que le obligaría a apoyarse más en sus virtudes, como sin duda lo es esa “penelopiana” paciencia para la elaboración del motivo (el traje de torero) y poco o nada en sus claras carencias (un deficiente dibujo del retrato). Porque en esta exposición que permanecerá abierta al público hasta el próximo día 17 de noviembre, “El traje de luces” hace parecer torero a aquel que aún cuando lo vista no sepa como lucirlo, o sencillamente parezca más propio de un bombero torero.

Hasta la próxima entrega

Amaury Suárez