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27 enero 2013

Fallas más altas han caído.


Estimados lectores

Siempre debiera ser motivo de tristeza, cuando vemos destruirse o incluso desaparecer una obra de arte conocida, o de nuestro entorno. Tristeza fue el sentimiento que abrigué cuando supe la noticia de que habían sido destruidas por los talibanes en el año 2001, las monumentales tallas de sendos budas sobre roca de areniscas en Bamiyán, ciudad de Afganistán, o cuando cayeron ese mismo año las torres gemelas de New York en ese fatídico 11 de septiembre, incluso pude sentir tristeza cuando supe que en abril del 2009 unos vándalos en la ciudad de San Petersburgo, había dañado considerablemente una estatua de bronce de Lenin (imagen del párrafo) y que a pesar de su imagen con clara connotación ideológica y de culto a la personalidad que esta contenía, estaba hecha con arreglo a una calidad, a un rigor y a unos incuestionables conocimientos técnicos por parte de su autor, que avalaban no solo su reconocimiento, sino el valor y la calidad de su trabajo, y que de no haber sido por aquella acción (una carga explosiva) que la dañó considerablemente, hoy seguiría estando expuesta como viva imagen del que sin duda significa y fue considerado el “padre de la Unión Soviética”.

Ayer en nuestra ciudad nos despertamos con la noticia de que uno de sus más grandes monumentos en tamaño, realizado por el más grande y promovido de sus creadores, ha sido dañado considerablemente, producto de las inclemencias del tiempo, específicamente del fuerte viento que como es habitual por estas fechas, suele aparecer en esta época del año. Me refiero al monumento del gran “artista” castellonense Juan Ripollés, que realizara en honor a las víctimas del terrorismo y que se encuentra emplazado en la rotonda de la ronda sur con la carretera de Almassora. Pero sin embargo en esta ocasión el sentimiento no es de tristeza, sino más bien de alivio y demandada justicia, aunque esta curiosamente no haya sido impartida por la acción consciente del hombre, sino por el azar caprichoso de la naturaleza. Y no es que me considere una mala persona, envidiosa o insensible, (como quizás algunos pudieran pensar) pero un resultado como este ya se veía venir. Porque alguien que se erige como artista pintor y escultor, cuando en realidad no sabe ni lo más elemental de las técnicas, ni profesa un debido respeto por el trabajo, ni tiene los conocimientos necesarios, que no conoce del rigor que conlleva una especialidad tan compleja como lo es sin duda la escultura monumental y solo sabe exhibirse como cabrituno bufón de extravagancia desmedida, haciendo de su privilegiada condición (en detrimento de otros con más valor que él) una constante y patética payasada, es muy lógico y previsible que le ocurran tan lamentables resultados y experiencias.

No es la primera vez que advierto al público desde este espacio, el gran fraude que sin ningún género de duda resulta el trabajo de este singular “artista”. Sus costosas obras se van deteriorando en un tiempo record producto de la ignorancia técnica que arroja su mala praxis, y sin embargo, nadie asume responsabilidades por ello. Un personaje al que le han dedicado y asignado desde las esferas del incompetente poder, la "misión" de invadir sin ningún escrúpulo  el espacio público de nuestra ciudad, con sus infantiles murales y su “ovomórficos” monigotes, “plantados” sin ningún criterio de diseño urbanístico, en importantes lugares, plazas, rotondas y calles, no solo en nuestra ciudad, sino también en toda la amplia geografía de nuestra comunidad; menospreciando sin ningún pudor y de manera injusta, a muchos otros creadores profesionales, que no sólo poseen mejor y mayor calidad técnica, y rigor en sus propuestas, sino que además tienen también todo  el derecho (como hasta ahora sólo lo ha tenido este patético "artista") de ser promovido sus trabajos. Han sido varios los artículos que he dedicado a denunciar y demostrar con sólidos argumentos lo que de facto solo forma parte, según mi opinión, de un contubernio político-económico-especulativo, que solo busca cuota de beneficios en un grupo que poco o nada saben de calidades, técnicas y aportaciones en el terreno del arte y sí mucho de trapicheos oscuros y enriquecimientos ilícitos, donde siempre el que paga los platos rotos, es el contribuyente, mientras que ellos llenan sus bolsillos y se mantienen al margen de todo tipo de responsabilidad cuando ocurren estas cosas. Afortunadamente de nada ha servido la altura física de este monumento, ni las pomposas inauguraciones de las que fuimos testigos el pasado septiembre del año 2010 y en la que en su día dediqué un artículo titulado “Versión fallera contra el terrorismo” y que podrán leer en el siguiente enlace: http://degaleriasconamaury.blogspot.com.es/2010/09/version-fallera-contra-el-terrorismo.html donde ya hablaba entonces y como se a visto luego, de forma premonitoria, del desequilibrio visual y compositivo de la pieza, (parece que también lo era físico - estructural) pero como suele ocurrir, cuando se trata de hacer reinar al engaño, “Fallas más altas han caído” pues la mentira no puede avanzar con buen ritmo, sus pasos son muy cortos ante la verdad y la evidencia, a pesar de la desfachatez y desvergüenza de quien la diga.

Pero volvamos a mis sentimientos…

Hoy puedo sentirme más optimista (después de contemplar lo ocurrido) ya que puedo abrigar la esperanza de que mis nietos, no sean testigos de ejemplos como este, de tanta fealdad, descrédito e irreverencia, hacia una actividad que he defendido siempre a pesar de todo y de todos, aún cuando algunos crean (desde su infinita miopía intelectual y miseria humana) que esto es solo cuestión de mezquindad infundada y no de auténtico amor y respeto por una profesión que honra a quienes la honran. Me siento feliz porque a pesar de todo, la ignorancia y el oportunismo, no tienen cabida en el verdadero arte, y todo aquel que pretenda engañar, haciéndose pasar por lo que no es, mucho más temprano que tarde se encontrará con el merecido escenario del olvido y el descrédito. Y para aquellos que aún persisten en otorgarle un  valor a lo que una vez más nos demuestra no tener, siempre me ha gustado conceder un sentimiento de ternura a la ingenuidad, como también de desprecio a la ignorancia.

Ahora solo nos queda esperar, que a pesar del justiciero desastre, no se le ocurra a ningún “listo” de turno, proponer un nuevo impuesto para reparar los daños, porque con los tiempos de crisis que azotan el país y el endeudamiento que tenemos en nuestra comunidad, sería no solo injusto, sino además muy surrealista. Aunque tampoco me extrañaría que ocurriera.

Hasta la próxima entrega.

Amaury Suárez.

24 enero 2013

En tránsito hacia un buen destino.


Estimados lectores.

El pasado martes día 15 de enero quedó inaugurada la exposición titulada “En Tránsito” del pintor turolense Alfredo Altabás Felipo (Cantavieja, 1965) en el Centro Cultural las Aulas de nuestra ciudad. Muestra que podrá visitarse hasta el próximo 9 de febrero, en horario de 10 a 14 horas por la mañana y de 17 a 20 horas por la tarde. De formación autodidacta y con muchos años de experiencia, Alfredo Altabás consta en su currículum con una serie de exposiciones personales y colectivas, así como de diversos premios y reconocimientos obtenidos a través de todos estos años, entre los que destacan: el 1º premio XXVII Premio Nacional de Pintura Ciudad de Castellón del año 2012 y el 1º premio de pintura XVII concurso de primavera de dibujo y pintura ciudad de Benicarló en el 2010, por citar solo a dos de ellos.

Antes de dar comienzo a un análisis particular de las obras, quiero hacer primero una meritoria referencia a la correcta distribución espacial de las mismas en la sala, la cual nos transmite en su conjunto un concepto expositivo muy agradable por su gran claridad visual y limpieza, algo que curiosamente contrasta con los motivos de las escenas elegidas por el pintor, donde en su inmensa mayoría  aluden a escenarios nocturnos de ciudades en plena actividad cotidiana. De clara referencia fotográfica, las obras presentan un notable control del color y sobre todo de la luz, para de ese modo otorgar una especial atmósfera que nos trasmite ese efecto de “desenfoque” o distorsión, que hace de la imagen un resultado un tanto “impresionista” de su lenguaje. Algo que con notables diferencias tanto de forma, como de discurso, me ha recordado a la obra del también turolense Juan Zurita, pintor que también expuso en esta sala hace exactamente ahora un año y del que publiqué en su momento un artículo en este mismo blog .

Por otra parte y reforzando el sentido conceptual de la muestra, resulta igualmente acertado, amplio y polisémico el discurso que de alguna manera se aprecia en la intención de conjunto y que hábilmente su autor ha recogido en el titulo de… “En tránsito”, ya que este no solo alude de manera explícita a la sencilla y cotidiana acción de circular tanto automóviles como personas, por las calles de una gran ciudad (y que aparecen recreadas en las escenas de los cuadros) sino que además, nos invita de manera implícita a ser testigos de su propio “tránsito” como creador, donde Alfredo Altabás recurre a nuevas motivaciones y asuntos, que no solo le obligan a cambiar en lo formal, sino también en la nueva intención de discurso en sus obras.

Aún cuando el tratamiento del color y el gesto, la inspiración o las referencias fotográficas, suelen ser elementos comunes con las etapas anteriores a dicho cambio o “tránsito”; los motivos cambian y se transforman en una visión más general del entorno, donde la poliopsia adquiere un significado de ensoñación y/o propuesta reflexiva de la realidad, apareciendo en este sentido algunos ejemplos de obras como “Subterráneo N-340” (imagen del párrafo) donde se puede apreciar una gran belleza formal y un cuidadoso tratamiento en su factura.

Sin duda esta muestra titulada “En transito” del pintor Alfredo Altabás Felipo es una de esas que ratifican el mérito al trabajo y el respeto al rigor, de aquellos que manifiestan sinceramente su afición por la pintura, demostrándolo claramente con los resultados de sus obras. Y como ha ocurrido también en otras ocasiones, un pintor autodidacta nos demuestra con la calidad de su trabajo, que a veces las licenciaturas, son solo para aquellos que quieren obtener un sellado documento y exhibirlo colgado en la pared de algún lugar, ocupando un espacio que solo sirve para alimentar el ego y justificar con títulos la mediocridad y la mala praxis, cuando en realidad, éste debería servir para ilustrar a aquellos que deben distinguirse por haber obtenido un conocimiento privilegiado como especialistas, en una actividad humana que sin duda debe exigir de quien la realiza, el mayor esmero y dedicación, precisamente porque por eso le llamamos Arte.

Les invito a que no dejen de visitar esta exposición, que bien merece ser admirada por la calidad de sus resultados y sobre todo, porque ilustra sin ningún género de dudas, la famosa frase de David Hockney, que me ha servido de máxima y ha estado presente siempre en la cabecera de este blog desde sus inicios y que dice así… “No es necesario creer en lo que dice un artista, sino en lo que hace”. Y puedo intuir que este momento de "tránsito" de Alfredo Altabás Felipo, le conducirá hacia un buen destino.

Hasta la próxima entrega.

Amaury Suárez.

21 enero 2013

Reflexiones y opiniones, sobre "Retratos de mujer".


Estimados lectores.

Como fue anunciado por los diversos medios, el pasado jueves día 10 quedó inaugurada en la sala de exposiciones de la Asociación Cultural Castalia Iuris de Castellón, la exposición titulada “Retratos de mujer” de la pintora valenciana Amparo Pínter, licenciada por la Universidad Politécnica de Valencia en la facultad de Bellas Artes de San Carlos. Pínter ha realizado estudios sobre diseño textil y gráfico, especialidades a las que ha podido vincularse por  más de ocho años. En la actualidad y desde el año 2000 trabaja como docente en escuelas talleres impartiendo materias de pintura, vinculadas a la decoración de interiores, la arquitectura y los acabados. Su carrera como creadora se ve avalada por un número considerable de exposiciones tanto personales como colectivas.

La muestra que nos ocupa, “Retrato de mujer”, es la continuidad de un año de trabajo donde su autora pretende mostrarnos, desde su personal visión, y como ella misma declara, “…un ambiente en el que el público no quede impasible ante los cuadros, sino que los observe, que reflexione y sea capaz de sentir diversas sensaciones ante ellos”. Para lo cual, esta pintora se apoya tanto en referencias reales de mujeres que le sirven de modelo y que además guardan algún tipo de relación con ella, así como de imágenes basadas en una recreación interpretativa e imaginaria que sin duda responde a su particular ideal estético, pero que en cualquier caso, ambas comparten elementos de su supuesto simbolista que de manera un tanto ecléctica, nos aluden a diferentes lenguajes, estilos o movimientos artísticos.

Debo decir de esta exposición que, independientemente de la propuesta conceptual y los objetivos de “lectura” que de manera intencionada aspira a conseguir en el público su autora, existe una clara reivindicación del oficio del pintor, factor éste que convierte a la muestra en un resultado de un valor técnico incuestionable y como bien dijera el gran monarca, esto siempre me llena de orgullo y satisfacción. Aunque por otra parte, esto no me impide hacer una valoración de los resultados obtenidos por esta pintora, los cuales pienso están aún en un camino de búsqueda y maduración tanto en su discurso, como en algunas cuestiones técnicas a las que una especialista, como sin duda es el caso, debería prestar mucha atención, pues como bien se expresa en la máxima referida a la cónyuge Cesariana, no solo hay que serlo, sino además parecerlo en todo momento.

Si bien es cierto que existe una clara preocupación por hacer valer y mostrarnos aquellos aspectos relacionados con la riqueza textural, tanto visual como táctil, (sobre todo en las obras realizadas en soporte papel) donde mediante el uso de los recursos que ofrece el collage, las estampaciones o transferencias, los estarcidos y los accidentes y gestos de la mancha de color entre otros, esta pintora logra una armónica combinación de la técnica del dibujo y del color, que posibilitan un resultado aglutinador entre el lenguaje gráfico y el pictórico, algo que bien podría ser utilizado como útil “laboratorio” de estimulantes experiencias, que le permitan una amplitud mayor de la riqueza plástica en la obra, para luego aplicarla sobre soportes más duraderos y definitivos como el lienzo o la madera, ya que los que se muestran en esta exposición, aún se encuentran en una clara desventaja con relación a los trabajos realizados sobre cartulinas. A pesar de ello, es meritorio destacar el hábil empleo del recurso técnico vinculado a un lenguaje más decorativo, como lo es el manejo del pan de oro, (en sus variantes más comunes, plata y cobre) que aparecen tanto en las obras realizadas sobre papel, como en las de lienzo, que su autora utiliza principalmente en los fondos que acompañan a las figuras femeninas y que nos acerca a un resultado de hermosa iconografía que no solo alude, por una parte a los retratos holandeses del siglo XVI o al legado simbolista de la pintura del austriaco Gustav Klimt, sino que además, se amplia a una velada referencia a un movimiento tan renovador y sublime como lo fue sin duda el Art deco.

Pero a pesar del atractivo y deslumbrante pan de oro y la intención de destacar la belleza de la imagen femenina en estas obras, me gustaría aceptar la invitación que nos propone su autora cuando dice que le gustaría… “que el público no quede impasible ante los cuadros, sino que los observe, que reflexione y sea capaz de sentir diversas sensaciones ante ellos” pues bien, en este sentido debo decir que existen aspectos carenciales en el dibujo, que esta pintora debiera tener en cuenta para sus próxima exposiciones. Según mi experiencia como especialista y estudioso del arte, puedo decir que estos fallos no es algo que pudiera “justificarse” con una intención de búsqueda de “expresividad” o de captar la “psicología” de las retratadas, pues el lenguaje y la iconografía elegida, no acepta la exagerada “deformación” de las partes del objeto, como sí puede ocurrir por ejemplo en obras expresionistas como las de George Grosz, Egon Schiele o incluso las de Lucian Freud en su primera etapa, entre otros muchos. Aquí hay errores, desconocimiento y desdibujo en las proporciones y estructuras anatómicas de la figura humana, y no solo en los elementos que conforman la cabeza, sino en otras partes del cuerpo que han sido recreadas en las obras como las manos, los brazos, hombros etc. (principalmente en las obras sobre lienzo) algunas modelos incluso se muestran estrábicas y con deformidad encefálica. Y teniendo en cuenta que la intención por la que claramente ha apostado esta autora, que es la de “agradar” con sus obras (con pan de oro incluido) no creo que sea muy lógico y coherente destacar tales deformaciones como un canon en el ideal de belleza.

A pesar de todo, considero que visitar esta exposición titulada “Retrato de mujer” de la pintora valenciana Amparo Pínter, es una buena ocasión para sin lugar a duda aprender de algunas cuestiones, independientemente del calado de su discurso y de estos desafortunados errores que ya he mencionado en su dibujo. Lo cierto es que incluso podemos disfrutar de un resultado de notable belleza, aunque como es natural siempre mejorable.

Sin más, les recomiendo a todos visitar esta exposición, y ojalá que ustedes como yo, no queden impasibles ante los cuadros, sino que los observen, que reflexionen y sean capaces de sentir diversas sensaciones ante ellos. Porque es eso precisamente, lo que más desea su autora con esta exposición. La muestra permanecerá abierta al público hasta el próximo día 25 de enero, en los horarios acostumbrados de lunes a jueves en las mañanas de 9.00 a 14.30 horas y en las tardes de 16.30 a 19.00 horas. Los viernes solo en la mañana.

Hasta la próxima entrega.

Amaury Suárez.