Estimados lectores.
El pasado viernes día 20, quedó
inaugurada en el centro cultural Melchor Zapata del municipio castellonense de
Benicassim, la exposición titulada “Lo importante” del pintor, escultor y
grabador mexicano Jerónimo Uribe. Con una asistencia considerable de público,
la muestra se hace eco de su nuevo proyecto, que según hemos podido averiguar, comprende
una cantidad aproximada de 80 piezas, y que su creador ha dividido en cinco
fases. En esta primera, la muestra recoge una cantidad de 20 cuadros, todos
ellos realizados en gran formato, con una amplia versatilidad de los recursos
plásticos y de tratamientos, que hacen de su obra un valioso referente en el virtuosismo
del oficio. Y es que Jerónimo Uribe con su obra, hace valer sin ningún género
de dudas, su clara defensa hacia la originaria condición de pintor, demostrando
a todos, que a pesar de las variedad de modas y modismos en el arte
contemporáneo, la pintura de caballete, sigue conservando también hoy, su
indiscutible valor como opción, así como sus amplias posibilidades expresivas y
de lenguaje.
En la muestra vemos como su autor
utiliza de manera reiterada el recurso del autorretrato, haciéndolo valer como elemento clave e hilo conductor del recorrido
visual y conceptual del conjunto, algo que nos permite apreciar su intención de
hacer con ello un discurso intimista y en suma muy personal, que nos habla de capítulos
y vivencias que conforman y singularizan la personalidad de este autor, no sólo
como creador, sino además (y quizás lo más importante) como ser humano. Sin
duda Uribe no ha podido escoger mejor título para este proyecto, “Lo
importante”, es una frase que encierra toda una declaración de principios,
a parte de un claro posicionamiento ante el arte y la vida. Frase que encierra
el reconocimiento y valor que este artista le otorgar a valores tan sagrados
como la familia, los amigos, los referentes culturales y artísticos etc.
Jerónimo es sin duda no solo un buen pintor, sino además una persona de amplia
gratitud.
Desde el punto de vista técnico
en la realización de las obras, tengo que decir que estamos ante un pintor
maduro, de amplios recursos plásticos y con un sólido dominio de la técnica y el
dibujo, aspectos que convierten a las escenas recreadas en sus cuadros, en una
obra bien acompasada en forma y color, donde todo fluye con notable armonía y belleza.
La singular huella de sus raíces Aztecas, se encuentra presente en esa
expresividad casi “Fauvista” del cromatismo empleado en sus obras, pero también
en la presencia de los símbolos e iconografías de su cultura, que hábilmente
este autor equipara a los referentes homólogos europeos. Las texturas de los
fondos en sus obras (tanto visuales, como táctiles) que entremezcladas con el
grafiado de la línea y el manejo de las proporciones de las figuras, hacen
aflorar con agrado, a tres virtuosos referentes artísticos, que alimentan la
honrosa savia de las raíces de todo mexicano; el fantasma de un Siqueiros, de
un Diego Rivera o del gran Clemente Orozco, otorgan también a Uribe el derecho
de su singularidad cultural y artística.
Una vez más Jerónimo Uribe nos ha
deleitado con su trabajo, y una vez más, este destacado creador nos ha
demostrado que sólo es posible ganarse el respeto como verdadero
profesional, cuando los pilares que sostienen a la obra, se basan en la calidad
y rigor de una técnica empleada, en la dedicación y búsqueda constante de
nuevas ideas y en una propuesta que eleve y enriquezca, no solo al público que la
observa, sino al propio autor que la realiza. Solo así estaremos en presencia
de un resultado, que como en esta ocasión, ha valido la pena comentar con
agrado y esperanza de que no todo esta perdido.
La muestra podrá ser visitada sólo hasta el próximo día 29
de septiembre, de 18:00 a 21:00 horas. Espero que no dejen de visitarla, porque
esta exposición es de esas que se disfruta observando y además se aprende, algo
que ocurre muy pocas veces por estos lugares.
Hasta la próxima entrega.
Amaury Suárez.