Estimados lectores:
“Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino
no decir nunca lo contrario de lo que se piensa”. André Maurois (1885-1967)
Novelista y ensayista francés.
Con aires renovados y ganas tremendas de comentar lo que
por aquí acontece en materia de artes visuales, pienso que ha llegado el momento
de dar continuidad a “De galerías con Amaury” y así llevar a todos ustedes como
antaño, mi particular visión, honesta y crítica sobre algunos de los eventos y
exposiciones personales y colectivas que se realizan en la ciudad de Miami.
Han pasado ya seis meses desde mi último artículo donde
me despedía (al menos por un tiempo) de todos aquellos que seguían y espero continúen
siguiendo con entusiasmo este blog. Pues bien, creo que ya es tiempo suficiente
para abrir una nueva etapa y traerles a todos mi visión, sobre algunas de las
actividades culturales y artísticas que se realizan desde la que es ahora, mi
actual residencia.
Quiero inaugurar esta nueva etapa del blog
reafirmándome, tanto en las formas, como en las intenciones que siempre han
caracterizado a todos sus artículos; las cuales nacen de mi libertad y
autoridad como especialista, para opinar sobre la calidad general de las obras,
alejado de todo tipo de compromisos y ataduras sean emocionales o interesadas, incluidas
también aquellas que pudieran vincularse con las instituciones de poder. Por
ese motivo y en estrecha coherencia con tal intención, quiero empezar hablándoles
de quien es sin duda y desde hace mucho tiempo, la figura artística más popular
y representativa de la plástica miamense, que si no lo es de una forma oficial,
sin duda es de forma “oficiosa” “el pintor de la corte”, el nuevo Picasso (como
algún patético ignorante se ha atrevido
a llamarlo) me estoy refiriendo al pintor y escultor brasileño Romero Britto (Recife, Octubre - 1963).
La carrera de Romero Britto, como la de muchos otros
artistas contemporáneos, carece de formación académica, es decir, estamos en
presencia de un pintor autodidacta, que ha sabido aprovechar no sólo el tiempo,
sino además las buenas oportunidades que se le ha presentado en la vida. Quizás
por esa razón prefirió establecer su residencia en los Estados Unidos (la
tierra de las oportunidades) que permanecer en su Brasil natal, e incluso
quedarse en Europa, donde vivió unos cuantos años. En sus inicios, luego de
fijar su residencia en Miami instaló un estudio en Mayfair Shops, en Coconut
Grove, una zona rodeada de lujosas residencias, muy transitada por un público
que sabe valorar el arte, o al menos, no guarda reparo en adquirir lo que le
gusta. En un lugar como ese, las posibilidades de éxito eran mayores y Britto
no tuvo reparo incluso de exponer su trabajo en las calles, convencido de que
la oportunidad llegaría, y así fue, un tiempo después ya el joven y apasionado
pintor brasileño exponía en “Steiner Gallery”, en Bal Harbour, donde Berenice
Steiner y Robyn Tauber comenzaron a promocionar su obra. Luego, de “viaje a la
semilla” como en el famoso cuento de Alejo Campentier, Romero Britto expuso en
Mayfair Shops durante 6 años y fue allí donde Michael Rous, presidente de
Absolut Vodka, lo invitó a pintar para una campaña publicitaria mundial de
Vodka donde trabajaron también artistas pop de renombre internacional como Andy
Warhol, Keith Haring y Kenny Scharf entre otros.
Y a partir de entonces su carrera ascendió en forma
vertiginosa, apareciendo su anuncios publicitarios en importantes revistas de
los Estados Unidos y siendo vistos por miles de personas. Tal repercusión tuvo,
que la recompensa fue la de ser convocado por empresas de renombre como Grand
Manier, Pepsi Cola, Disney e IBM, entre otras firmas interesadas en la cultura
popular.
Y hasta aquí, las maniobras promocionales y
comerciales de este pintor, pues seguir ahondando en ello, nos consumiría
varias decenas de hojas. Sólo señalar por último con relación a este aspecto,
que la obra de este incansable creador se ha hecho tan popular que lo abarca
todo, su expansión en el ámbito comercial y de mercado es inmensa y muy
variada, desde una simple postal, pasando por los más amplios enseres de un
hogar, ropa de vestir, relojes, trajes de baño, libros infantiles para
colorear, decoración de automóviles, aviones y helicópteros, vallas
publicitarias de todo tipo e incluso hasta un taller de tatuajes donde puedes
dejar su perdurable “marca artística” como un bonito recuerdo.
Ahora hablemos de su obra…
La obra de Romero Britto se destaca principalmente por
su figuración ingenua, muy cercana a lo infantil o al comic, donde el uso
continuo de la línea de contorno oscura o negra, enfatiza con dureza las formas
que luego son coloreadas con tintas planas y brillantes, de la que surge a
veces un exagerado colorido, algo que nos acerca en cierto modo al espíritu
gráfico de décadas pasadas, donde la iconografía del Pop Art, ejercía sobre la
plástica la mayor de las influencias, sobre todo en los Estados Unidos y países
aledaños.
Tanto su propuesta, así como la forma de exponerla al
público, se encuentra muy a tono con la época actual, donde el sentido del espectáculo
desborda los límites del entretenimiento y donde el papel del Arte hoy en día
muchas veces asume con actitud posmodernista un espacio de actuación
decorativa, banal y sin a penas compromiso, sólo quizás el de entretener o
divertir. Es precisamente la estela de influencia que nos ha dejado el Pop Art,
actualmente denominado “Neo Pop”, el escenario o lenguaje más atractivo o apropiado
para tanta “Happy life” o “Vida loca”, como nos dijera el cantante
puertorriqueño Ricky Martin, tanto es así, que a este movimiento se suman
grandes artistas contemporáneos de renombre internacional como el de los norteamericanos
Jeff Koons o Keith Haring, este último ya fallecido, y el del japonés Takashi
Murakami que ya resuena como uno de los artistas llamados a ocupar los lugares
más altos en el arte del siglo XXI.
Y es que las reglas del juego en muchas parcelas de la
vida incluido el arte ya no son las mismas de antes, hoy puede haber calidad o
no, puede haber técnica depurada o
grandes carencias que paradójicamente justifican el resultado, podemos
estar en presencia de un talento o de un fraude sin saber donde esta la verdad.
Pero lo que sí se mantiene, lo que no ha cambiado, ni cambiará nunca es que con
un poderoso padrino todo bautizo es un buen “start up”.
Hasta la próxima entrega.
Amaury Suárez